LAS
TRADICIONES DE INVESTIGACIÓN CUALITATIVA
Se
enfoca en su conceptualización, aspectos metodológicos y finalidades, además, da aportaciones en el ámbito socioeducativo.
En
educación hemos venido asumiendo en gran
parte, enfoques y modos de hacer ciencia propios de otras disciplinas; hablamos
de tradición porque entendemos que este término denota la complejidad de
perspectivas teórico-epistemológicas que sustentan los métodos de
investigación; éstos no deben considerarse como un cuerpo homogéneo simple y
homogéneo de planteamientos; antes al contrario, son tradiciones
que, a modo han ido modificando y desarrollando a lo largo de la
historia en diversas disciplinas y que poseen una elevada variedad y pluralismo
en su interior.
La
investigación cualitativa atraviesa diversas disciplinas, participa de una gran
variedad de discursos o perspectivas teóricas y engloba numerosos métodos y
estrategias de recogida de datos. Esta riqueza denota la complejidad y alcance
del enfoque cualitativo en el abordaje de la investigación socioeducativa y
requiere que se ensayen clasificaciones o categorías que aporten un orden
conceptual en el ámbito investigación y permitan la comunicación en la
comunidad investigadora.
Sin
embargo, cuando se realiza un análisis de las diversas tipologías de
modalidades de investigación cualitativa se constata la existencia de una
pluralidad de términos usados con diferentes sentidos, que en ocasiones se
convierte en una maraña conceptual desconcertante, y que lejos de simplificar esta
cuestión, dificulta la tarea de establecer un marco común y homogéneo de
clasificación. Así, encontramos en la literatura anglosajona una tendencia a
utilizar indistintamente los términos
strategy of research, research methodology o tradition,
para referirse a métodos de investigación; la palabra method,
para identificar diversas técnicas, estrategias y procedimientos de
recogida de información; y todavía se complica más el intento de sistematizar
las diferentes aportaciones cuando encontramos bajo el término strategy
referencias tanto a métodos de investigación como a perspectivas
teóricas; por ejemplo, encontramos clasificaciones que agrupan bajo la misma
denominación el "interaccionismo simbólico" y la
"etnografía", y otras los sitúan en niveles clasificatorios
diferenciados. También, si revisamos los manuales sobre metodología cualitativa
en nuestra lengua, podremos constatar que el término estrategia no es el único
que se utiliza para hacer referencia, por ejemplo, a la entrevista, el grupo de
discusión o las historias de vida, sino que también se habla de técnicas (Valles; 1997), prácticas de
investigación (Delgado y Gutiérrez, 1995), e incluso de métodos
de investigación, en algunos casos. Simplificando la cuestión, podríamos
hablar de la observación, la entrevista, etc., como prácticas de investigación o bien como estrategias de obtención de
información. El hecho de que en la actualidad pueda plantearse el término
practica de investigación, o incluso método, se debe a que la utilización exclusiva
en los estudios de algunas de estas estrategias se está elevando a rango metodológico. Por
ejemplo, ya ha ocurrido con la observación cuando algunos autores plantean la
metodología observacional (Anguera,
1993). En la perspectiva cualitativa, el caso más evidente es el de la
investigación de carácter narrativo biográfico, pues ya se habla del método
biográfico en educación (Sánchez Valle, 1994a). Algo similar parece estar
ocurriendo con los grupos de discusión.
Ciertamente,
no es fácil realizar una distinción clara entre perspectivas epistemológicas,
teóricas y métodos de investigación específicos, puesto que muchas
orientaciones teóricas constituyen a su vez
un modelo con pautas específicas para el desarrollo del trabajo
empírico. Así, Tesch (1990) señala que es imposible construir una tipología
clara y excluyente de categorías que permitan clasificar los diferentes tipos
de investigación cualitativa (la autora identifica más de cuarenta tipos de investigación cualitativa) y nos
propone dos formas posibles de organización: una, en función de la raíz
disciplinar fundamental que orienta los métodos y procedimientos de
investigación, y una segunda, en función de los objetivos de investigación, tal
y como hemos visto en el capítulo anterior.
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